
Curiosamente, como en el cambio al horario de invierno los infartos se reducen también un diez por ciento al lunes siguiente(cuando se duerme una hora más), así que lo que podría ser un problema considerable en realidad no parece serlo tanto – al menos queda compensado: «las gallinas que van entrando por las que van saliendo», que se dice hoy en día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario